Gloria, 49 años. Vacío y malestar general y en el trabajo

Ya cansada de terapias me di un tiempo para aclararme las ideas, pero desgraciadamente no lo conseguía …

Un día navegando por internet me encontré con una página web de un centro de psicología y con una especie de mezcla entre resignación y escepticismo, volví a probar. Estaba decidida a marchar si no me convencía, si no me ofrecían alguna perspectiva nueva. Estaba harta de las mismas dinámicas; quería respecto a mi persona, a mi inteligencia y en mis emociones. Y en ningún momento me sentí así en las anteriores terapias. No me pasaba nada y todo a la vez, pero no me gustaba nada de lo que hacía ni lo que sentía en mi vida, especialmente, en el trabajo. Y fue cuando conocí Anna. Sólo abrir la puerta ya fue un impacto; por la juventud, la sonrisa y la atención. Directa, de mentalidad abierta, dinámica, me aportaba nuevas herramientas para afrontar los retos del día a día. A medida que avanzaba la terapia, me sentía mejor, más valiente, más capaz, más valorada, más auténtica y especialmente sorpresa. Como era posible que un nuevo ejercicio, una nueva mirada, un apoyo sincero y cómplice de una hora me empujara a dar el salto de dejar un trabajo de 30 años? Pues eso, Anna consiguió que lo mejor de mí saliera. Lo tenía y no lo sabía. Durante esos minutos, me sentía importante. Ana fue el potenciador, el abridor, la oportunidad; me ayudó a sentir que yo PODÍA y SABÍA, que era y soy valida para cualquier cosa que quiera ser. El camino ha sido duro y había momentos que no era capaz de ver todo esto que explico, pero en la distancia y con el que he cambiado de mi vida, cada día tengo más claro que es lo que quiero y Anna fue la chispa del fuego imparable, de mi nueva vida, de mi liberación y alivio. El primer paso para abrir la puerta de mi prisión particular … »

Así pues, GRACIAS !!

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